Mediante una carta abierta, el Diputado Nacional reflexionó sobre la crisis y la pandemia que vivimos, recordando el desastre natural que se vivió durante su gestión y como se llevaron adelante la gestión. Indicó además que lo bueno sería retomar el Jesús María Proyecta con el que se proyectó y planificó para anticipar lo que se viene.
Carta Abierta: DE LAS GRANDES CRISIS, SE SALE CON GRANDES IDEAS Y CON PARTICIPACIÓN
Se suele decir que en toda crisis siempre hay una oportunidad. Y no es un mecanismo de autodefensa, ni de optimismo exagerado, sino simplemente asumir que los desafíos más difíciles están ahí, para ser afrontados, con resiliencia y espíritu de superación.
Siendo yo intendente de Jesús María, en 2015 nos golpeó muy duro a todos los vecinos y autoridades el problema de las inundaciones y toda la secuela de pérdidas humanas y materiales que trajo.
Fue algo repentino, sorprendente y muy doloroso para todos, que terminó poniendo patas para arriba la agenda de la gestión y de la ciudad toda.
Tuvimos que revisar prioridades, procedimientos, planes. Fue barajar y dar de nuevo. Y elegimos hacerlo con el criterio de la mayor amplitud posible y convocando a todos los vecinos.
De esa incertidumbre inicial nació el Jesús María Proyecta, que con el asesoramiento del prestigioso urbanista Gustavo Restrepo se planteó como un proceso de planificación participativa donde toda la comunidad se involucró en la búsqueda de consensos y un destino común para la ciudad.
Salvando distancias y referencias de contexto con aquel proceso, hoy la pandemia pone a la ciudad en otra encrucijada.
Mientras las autoridades administran como pueden el día a día, la aplicación de las vacunas y la búsqueda de la tan esperada inmunidad, también hay que empezar a pensar ya mismo en la pos pandemia.
La ciudad no volverá a ser la misma. Están muy afectadas -y probablemente lo estarán bastante tiempo-, las actividades productivas y comerciales, la prestación de servicios, la funcionalidad del propio municipio, y hasta las relaciones entre vecinos y al interior de cada familia.
Modelar esa “nueva normalidad” será también un gran desafío para la capacidad de reinventarnos.
Qué bueno sería entonces retomar ahora el espíritu de aquél Jesús María Proyecta, recuperar la capacidad de planificar y anticiparnos a lo que viene, redefinir las prioridades y el norte que imaginamos para la ciudad una vez que el covid nos de un respiro o se vaya de nuestras vidas.
Humildemente, desde la perspectiva y el saber-hacer que proveen la experiencia, propongo revitalizar el Jesús María Proyecta o alguna iniciativa de ese tipo, que retemple los ánimos, convoque a la participación ciudadana y suba nuevamente a todos los vecinos a un proyecto colectivo de ciudad.
Lo sugiero bajo el convencimiento de que a la ciudad la hacemos todos y que cada vecino tiene algo para aportar.
GABRIEL FRIZZA
