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Estomatitis vesicular: encontraron nuevos casos en equinos

El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) constató la presencia de estomatitis vesicular en dos equinos del hipódromo de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires. Estos casos se agregan a los dos equinos detectados, en los últimos días, en Magdalena, otros dos en Olavarría y uno Canals, provincia de Córdoba.

Según indicaron desde el organismo, los casos mencionados fueron confirmados por la Dirección de Laboratorios y Control Técnico (Dilacot) del Senasa.

Hablamos con el Dr. Neris Dominchin, para conocer más en detalles de que trata esta afección y como se trata en el contexto de la cuarentena actual. Además analizamos como repercute en los mercados actuales.

Indicaron que en los cuatro predios, la enfermedad se presentó con una limitada difusión, lo cual se constató por la inspección clínica y los resultados de los exámenes serológicos negativos realizados a los animales que convivían con los afectados y no presentaron síntomas. Asimismo, los equinos con sintomatología evidencian una evolución favorable del cuadro a los pocos días. Cabe destacar que no pudo comprobarse vínculo epidemiológico entre los diferentes casos.

En este marco, el Senasa continúa realizando controles y acciones de prevención para evitar la posible difusión de la enfermedad y mantener bajo su impacto en la sanidad animal.

LA ESTOMATITIS VESICULAR

Se trata de una enfermedad que afecta a equinos, burros, mulas, bovinos y porcinos y ocasionalmente a ovinos, caprinos y camélidos sudamericanos.

Las lesiones que produce el virus, consisten principalmente en la formación de vesículas en la superficie superior de la lengua, las encías, los labios y alrededor de la nariz y las comisuras bucales.

En algunos equinos, dichas lesiones pueden pasar desapercibidas y aparecer como costras en el morro y los labios, y con menor frecuencia, en pezones, prepucio y cascos.

Si bien la transmisión de la estomatitis vesicular y la importancia relativa de las diferentes vías de transmisión del virus no está completamente entendida, está demostrado que una vez que el virus se introduce en un rodeo, suele propagarse por contacto directo entre animales, a través de heridas en la piel y las mucosas.

A la vez, aseguran que existe la posibilidad de transmisión a través de insectos vectores, como moscas, mosquitos y flebótomos.

La infección también se puede dar por exposición a fómites, es decir, medios o superficies contaminadas con las secreciones y capaces de vehiculizar el virus, como agua de bebida, alimentos, suelo, pasto, utensilios y accesorios de montar.

Su sintomatología clínica tiene una gran similitud con la fiebre aftosa, la enfermedad vesicular porcina y el exantema vesicular del cerdo, por ello es que se debe denunciar ante el Senasa cualquier síntoma sospechoso.

Fuente: infocampo


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