Durante la primera jornada del 1° Congreso Internacional de Maíz, que se realiza en el Centro de Convenciones de Córdoba, la ‘Sala Bayer’ albergó al panel conformado por Ricardo Yapur, CEO de Rizobacter; Rodrigo Ramírez, Gerente general de UPL, y Mariano Lattari, Especialista en bioinsumos del Senasa. Los especialistas abordaron una temática que generó polémica: los bioinsumos.
Para abrir el debate, Lattari brindó un pantallazo sobre qué son los bioinsumos y explicó que, gracias a la tecnología, el ser humano se transformó en una de las especies más exitosas, pero admitió que ese éxito se ve comprometido por dos problemáticas: el cambio climático y la pérdida global de biodiversidad.
Para respaldar esa idea, Ricardo Yapur aseveró: “En los últimos 100 años, la industria química creció abismalmente y así comen miles de millones de personas. Pero hemos hecho mucho daño. Hay que encontrar esta vuelta hacia lo biológico, sosteniendo el equilibrio ecológico que necesitamos para seguir viviendo, pero también teniendo muchos cuidados”.
Por eso el especialista del Senasa sentenció: “Para abordarlas, debemos acudir a un paradigma productivo diferente al que nos trajo a este presente. El modelo que se impone es el de la bioeconomía”. Y agregó que los bioinsumos agropecuarios son herramientas biotecnológicas que emulan servicios ecosistémicos tales como la biopolinización, el ciclaje y la disposición de nutrientes, el control de plagas, entre otros. Es un producto manufacturado que puede estar constituido por macro y micro organismos y otros compuestos de naturaleza biológica y natural.
“Es importante aclarar que el maíz es fuente de bioinsumos; los subproductos de la industria se utilizan en otras, como la alimentarias, de bioplásticos y más. Para su desarrollo se necesitan tres actores: estructura científico-tecnológica (centros de I+D), estructura productiva (empresas) y estructura política (Estado)”, detalló Lattari.
Al respecto, Rodrigo Ramírez marcó la cancha: “La sostenibilidad está de moda. La primera pata que hay que tener es la de la rentabilidad, porque sin renta, no hay sustentabilidad. Ya no podemos pensar en soluciones globales para problemas locales, sino al revés”. A ello agregó que “no hay que quedarse en el discurso, sino que hay que implementar la sustentabilidad como práctica, pero para ello se requiere tiempo para ver cómo llevar a cabo las estrategias y aprender muchos aspectos que hoy las empresas desconocen”.
Una vez más, Yapur apoyó los dichos de su compañero de panel con datos duros que le dieron solvencia a la opinión. “Hoy, el mercado fitosanitario produce en el mundo 80 mil millones de dólares, pero sólo 10 mil millones son biológicos”, afirmó.
Para cerrar la jornada en la ‘Sala Bayer’, Ramírez planteó los objetivos en caso de querer aplicar la sustentabilidad para que sea un hecho y no un dicho: “El principal desafío es la visión: cómo reinventamos y aplicamos la sustentabilidad. El segundo, en cómo se come. El tercero, cómo desarrollamos el conocimiento y cómo se lleva a la práctica, y cuarto y último, cómo se plantea como un modelo de negocio”.
